domingo, 6 de noviembre de 2011

Reflexiones atragantadas

16 días han pasado desde aquel día en el LATU. Muy poco y muchísimo a la vez.
Una sensación parecida fue hace 13 años cuando me metí de estudiante universitario. Duró poco el intento, pero supongo que algunas cosas pude cargar en mi mochila. Pero recuerdo esa sensación talvez comparable a la del pueblerino que llega a la gran ciudad, o la del "tierra adentro" que por primera vez contempla el mar. La seguridad de tu cueva desaparece.

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Una frase de esas que cuelga don Diego en sus cartas semanales viene con la imagen perfecta: la gota en el océano. "Tomar conciencia de ser gota". De ser solo una gota. Y de ser solo una gota.
El amor propio se retuerce y grita de puro malcriado.
La vida nos da muchas oportunidades para tomar esa conciencia. Es como el agua de alcauciles: cuanto más amarga, mejor para el hígado. 

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Una de las cosas valiosas de esta aventura es poder mirarme al espejo. Qué bien que viene, ya sé. Pero qué incómodo. ¡Un gran ejercicio de estiramiento!

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Y yo que me creía abierto, flexible, amplio. Me costó acomodarme a ese "educamp". De ser una especie de salón de confitería, pasó rápidamente a un camping familiar, producto del calor humano. Muy buena y recordable experiencia.

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Las primeras cosas que me llevé de esa jornada de camping fueron: enterarme de que hay sitios-web gratuitos y al alcance de uno; que al blog le podés hacer páginas, sacándolo del formato diario y acercándolo al de una página web... Pero lo primero que dije a quienes me preguntaban ¿cómo te fue? fue: (porque soy de los que empiezan un libro por la primera página y necesito que me presenten las cosas empezando por el principio): pero primera vez vi a internet como una "prestación" con servicios; como si uno, al comprar la conectividad, le dieran esa hoja que nos dieron en la carpeta celeste con servicios públicos: navegador web, comunicaciónes, captura de pantalla, disco duro en línea, derechos de autor, anotaciones, etcétera. Antes de esto, para mí internet era: correo, blog, noticias, buscador, youtube, play list de música, y misteriosos y oscuros sitios como rapidshare y megaupload...

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Los días siguientes al camping del 20 de octubre fueron duros... Yo que me creía abierto, flexible, amplio. Pero la mano amiga de seres muy humanos que nadan fluidamente en esta gran pisicina virtual me rescató de la sensación de estar a la deriva.
Entonces me avoqué a los desafíos: me costó encontrarles sentido, hacer algo que "valiera la pena" (?) hasta que le agarré el gustito.
Pero el gustito duró poco. Quería mirar mis obras para sentirme orgulloso pero me temía que, como puntó con puntería don Diego, el asunto debía ir más allá de los desafíos. No es, como dirían muchos alumnos: "¿y cuánto me va a poner por ese trabajo?" Casi que los "trabajitos" son la excusa.

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Lo más duro estaba por venir: fue cuando vislumbré de pronto la red de aprendizaje ArTIC, cuando se me hizo patente: me sentí revolcado por una gran ola, anonadado... ¡Y así nací como gota! O como estrella en el universo, o como grano de arena en una playa: infinidad de personas interactuando; infinidad de programas y herramientas, infinidad de saberes, conocimientos y opiniones; infinidad de interacciones irrepetibles, inabarcables. Y yo con tan poco tiempo para aprovechar, aportar, interactuar, ¿controlar?
Entonces mejor pensar que esto no se acaba en un mes, es solo el comienzo de algo grande. Y ser realista: no es una oportunidad que si no la aprovecho totalmente, amenaza con desaparecer. Y debo acomodarla a mis tiempo tan reales, tan importantes: la familia, los estudiantes que me confiaron.
   
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Este curso ArTIC creo que es una gran alegoría (y varias lecturas). Pinta como una mina de ejemplos, enseñanzas, reflexiones, modelos, teoría, compañeros de camino y qué se yo cuánto más. Alegoría del enseñar y del aprender, alegoría del aula, alegoría de la vida.

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El agua o la arena o el viento se cuelan por entre mis dedos. Pero después de escribir esto me siento mejor. Es mi viaje personal, pero no solitario. ¡Hasta pronto!

3 comentarios:

  1. Hola Sebastián,

    Qué interesante relato, a pesar de que me digas "don" Diego. :-)

    Hay frases muy evocadoras en el proceso que estás viviendo. Me gustan mucho porque estoy convencido del poder que la metáfora tiene para permitirnos comprender cosas que a veces escapan a las descripciones normales: por ejemplo, estos "misteriosos y oscuros sitios de la red...", la idea del "camping familiar" o del agua, arena o viento que se cuelan entre los dedos, y que abre la pregunta de cómo nos transforma ese contacto, cuando parece ser tan escurridizo... Me encantó la foto que usaste, pues me habla de una reconfiguración de nuestra propia identidad, y me recuerda que no somos algo fijo sino algo fluido, con enormes posibilidades de crecimiento.

    Como lo ponía Teresa de Calcuta, aunque seamos una gota, si no estamos algo le falta a ese inmenso oceano. De allí la importancia de reconocer las alegorías que están detrás de este proceso (aparentemente simple) que estamos viviendo, que hablan de posibilidades que pueden amplificar las cosas que hacemos.

    En cuanto al "¿controlar?", sin duda esa es una de las grandes inquietudes que aparecen en estos escenarios más abiertos. Hay un video que hice el año anterior en el que hablo de algunos roles que empiezan a aparecer para el docente y que reconocen que la descentralización de una red dificulta el control y nos obliga a pensar más en términos de influencia. De pronto es de utilidad.

    Al leerte sólo puedo pensar en cuánto nos enriquecen a todos este tipo de reflexiones, pues nos ayudan a nombrar cosas que podemos estar percibiendo pero no concretamos. Ojalá sea la primera de muchas otras. Recuerda que estamos para ayudarnos en este viaje personal. :-)

    Gracias por incluirnos en él!

    Un saludo,


    D.Leal

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  2. De aquí en más solo Diego. Porque don o gurú estarían como un mago de Oz, alejados y misteriosos. En cambio, Diego está muy cerca y muy claro. Sin duda un buen ejemplo.

    ¡Gracias por tu comentario!

    No sé si lo dije en la reflexión pero, lo que por un lado me apena por no disponer del tiempo suficiente para aprovechar de cabo arabo el curso, por otro la do me alegra de que me doy cuenta de que este curso es un viaje solo de ida: formalmente tendrá una jornada de "punto y aparte". Pero sospecho que luego seguirá, seguiremos con la experiencia de desenvolvernos en una red de apredizaje mediada por TIC. Podremos seguir siendo parte de la red ArTIC y podremos favorecer la existencia de redes aquí y allá.
    A veces, estas interacciones virtuales y lo que ellas generan en mi ser, parecen como ensoñaciones alejadas de la realidad cotidiana.
    Será muy importante pensar juntos la pedagogía que surge o se genera aquí y cómo se choca o se ilvana con los modos de actuar y relacionarnos en las aulas donde enseñamos.

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  3. Hola, Sebastiàn, me encantò lo de la gota, soy Laney de ArTIC I, te entiendo perfectamente; pero te querìa decir que sigas firme que se puede, ya ves yo sigo por aquì, visitándolos.
    Si querès ver cómo me "tiraba los pelos" las primeras semanas podès ver mi blog
    http://wwwartic-laney.blogspot.com
    Saludos!

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